jueves, 5 de junio de 2008

Lección 8

Muchas personas son reticentes a dar algo porque temen que puedan "necesitarlo" alguna vez o temen que no tengan el suficiente dinero para reemplazar el objeto si surgiera la necesidad. Aunque estos miedos son reales, es importante echar una mirada cuidadosa a lo que estás almacenando, lo que estás usando y lo que estás tirando.

La generosidad está directamente relacionada con el pensar abundante. Cuando creas que la corriente abundante está siempre a tu alcance, te volverás más propenso a ofrecer donaciones y regalos a los otros.

Cuando comencé a darme cuenta de que estaba manifestando la plenitud, sentí tanta libertad en el ofrecer regalos al azar y donaciones concientemente elegidas. Es maravilloso compartir la abundancia con otros; y en modos reales, lo que das siempre vuelve en alguna forma de energía. Podrá no ser moneda, pero la forma de tu energía tiene tu firma y encuentra su camino de vuelta como el salmón volviendo a casa al arroyo madre.

Otro punto importante para recordar es:

Dar y recibir es lo mismo.

Podrías estar cuestionando esto, pero te aseguro, son la misma energía. Y lo explicaré. Cuando das a otro, tu amor fluye en el regalo. El que recibe obtiene el objeto y tu amor al mismo tiempo. El que recibe, por su parte, expresa gratitud por el regalo y refleja hacia ti el amor que tú inspiraste en el regalo. Así que, como puedes ver, el donante y el receptor son lo mismo a los ojos de Dios. Es un intercambio energético del amor de Dios, experimentado a través nuestro, y ni el dador ni el receptor pierde salvo que el regalo venga con una "cláusula pegajosa". La "cláusula pegajosa" causa un gran trauma al dador y al receptor y es algo así: una persona decide dar un regalo, pero por alguna razón, él o ella espera algo de vuelta del receptor. El receptor, reconociendo que el regalo es muy pegajoso, se siente incómodo con el regalo. Esta conducta ocurre porque las personas involucradas no han aprendido acerca de los cambios energéticos de Dios. Están, en cambio, viviendo con miedo de no tener lo suficiente o usando el dar para manipular la situación donde pueden ganar poder sobre otro. Cuídate de la cláusula pegajosa cuando le des a otro.

¿Cuántas cosas tienes almacenadas en tu casa? ¿Algunas podrían ser vendidas o dadas? Es tiempo de pensar en aclarar tu espacio y perpetuar un sentido de fluir en tu vida. Es tiempo de confiar en Dios y dejar ir algo de tu sobrante. Para poder hacer lugar para nuevos pensamientos e ideas, uno debe abandonar las viejas y ese es el objetivo de la lección de hoy.

Pasa cierto tiempo mirando en cada cajón y ropero. Chequea en la cochera y en el patio trasero. No te olvides de la baulera. Si fueras a vender todo lo que te sobra, podrías encontrar una gran fuente de moneda. Mi última venta me brindó $600. No obstante, el punto no es enfocarse en lo que podrías ganar vendiendo tus objetos, sino aprender lo que necesitas y lo que no. Es como las viejas creencias- te mantienen encerrada en prisión.

Deshacerte del sobrante de tu vida es una maravillosa manera de comenzar una nueva realidad, pero hay más aquí que solamente limpiar. Es tiempo de ser generoso dando algunas cosas. Piensa en personas que conoces que podrían usar la donación de algunas de tus cosas extras. Puede ser un centro de cuidados de ancianos o de niños que se beneficiaría con tus donaciones, o un refugio para los que no tienen hogar. No te detengas sólo en dar objetos, sino que da regalos en moneda tan frecuentemente como puedas. Esto muestra tu creencia y confianza en la abundancia del universo, y esto trae abundancia y prosperidad a las vidas de otros. Te garantizo que una vez que empiezas a dar, no querrás parar. La energía de Amor es tan poderosa que instantáneamente sentirás tu unicidad con Dios y estarás liberando todos tus miedos alrededor de la falta.

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