La primer trampa yace en el área de la cabeza, de la mente. Ustedes son muy diestros analizando, a través de la reflexión, del pensamiento lógico. Sin embargo, el mental, la parte pensante de ustedes, es mucho más una parte del mundo de la dualidad.
Con el ‘mundo de la dualidad’ queremos decir una realidad de la conciencia en la cual los hechos son divididos en bueno o malo, luz o oscuridad, masculino o femenino, amigo o enemigo, etc. En otras palabras: una realidad de la conciencia en donde no es reconocida la unidad implícita de todos los fenómenos, pero en donde el juicio y la discriminación son vistos como verdaderos y objetivos.
La energía Crística es realmente una energía que está por encima o por debajo de la dualidad. Ella es la que forma la unidad debajo de las polaridades. Pero la mente no reconoce este flujo de unidad. A la mente le gustaría disgregar el flujo de unidad en partes, categorizarlas y colocarlas en compartimentos separados. A la mente le gusta diseñar estructuras, teorías que puedan ser colocadas sobre la realidad, sobre la experiencia directa.
Esto también sucede cuando ustedes tratan de ayudar a otros. Desde una perspectiva racional, ustedes tratan de ubicar los síntomas individuales de un cliente en un marco más amplio, en una categoría más general, y a ustedes les gusta inventar toda clase de teorías acerca del tipo de problema y la solución para éste.
Ahora, yo no estoy diciendo que todo esto esté mal. Pero lo que me gustaría pedirles es esto: cuando ustedes estén trabajando con otros, ya sea profesionalmente o en su vida personal, traten y liberen todos sus pensamientos y razonamientos, de todas sus consideraciones racionales acerca de cuál es el problema con el otro, y simplemente escuchen la energía del otro. Traten de sentir con su corazón e intuición dónde está el otro, en su mundo interior.
Éste ha sido el propósito del ejercicio que Gerrit ha realizado con ustedes anteriormente, el segundo ejercicio. (Jeshua se refiere a dos ejercicios de meditación que se hicieron al comienzo de la sesión. Los encontrarán escritos al final del texto.)
Frecuentemente, ustedes tienen toda clase de ideas acerca de lo que algún otro debería o no debería hacer para encontrar el camino interior. Y estas ideas suelen ser más o menos exactas. Pero la cuestión es: ellos no siempre están sintonizados con la energía del otro en el ahora, en este momento en el tiempo. Podría ser que el otro necesite un camino completamente diferente o una energía que ustedes puedan sondear con sus mentes racionales.
Me gustaría invitarlos a ver y a sentir a la otra persona solamente desde el lugar aún intuitivo dentro de ustedes mismos, donde trascienden la dualidad y vienen al hogar dentro de la energía Crística. Yo los invito a ustedes a sentirse realmente inspirados por el otro cuando le ofrecen ayuda a él o a ella. La solución entonces suele ser muy simple.
Piensen, por ejemplo, en los padres que quieren ayudar a sus hijos con los problemas que les surgen en el camino. Con frecuencia, debido a la experiencia, los padres ven ciertas cosas con mayor claridad que sus hijos, y ellos pueden ver las consecuencias de ciertas acciones antes de que sus hijos las vean. Desde este conocimiento, los padres querrían salvar a sus hijos de situaciones negativas o prevenirlos, y los incitarían a rever sus elecciones. Esto podría parecer ser una buena manera de ayudar, desde el punto de vista de la mente. Pero si un padre sintonizara con el niño desde su lado interior intuitivo, calmo, y solo escuchara lo que el niño le está pidiendo, podría ser completamente otra cosa. Porque lo que a menudo el niño necesita desde su interior profundo es la honesta confianza de su padre.
“Confía en mí, déjame ser quien yo soy. Déjame cometer errores, déjame tropezar, déjame ser quien yo soy, y mantén tu confianza en mí”. Su honesta confianza en su hijo puede alentar a su hijo a ir dentro de sí mismo y consultar su propia intuición. Esto puede ayudarlo a tomar una decisión que él sienta que es realmente buena y que también sea incomprensible desde su punto de vista. Si, por ejemplo, ustedes intentan que su hijo haga algo desde la estructura de su mente, su niño percibirá en ustedes un sentimiento de desconfianza, que causará una reacción de resistencia y que incluso tal vez lo lleve a elegir aquello que ustedes no quieren.
El niño los ‘lee’ a ustedes cuando le ofrecen asistencia. Está en la naturaleza de los niños ver a través de las palabras y sentir sus miedos implícitos. Ellos a menudo responden con aversión, comienzan a resistirse y parecen incapaces de razonar. Pero con frecuencia son los padres los que han perdido contacto con sus sentimientos más profundos debido al temor; el problema está en que ellos son sólo receptivos a la razón. Ellos ignoran su conocimiento intuitivo, que puede construir un puente entre ellos y sus hijos.
Estoy mencionando este ejemplo porque es muy común y muy fácil de relacionar, y porque es muy difícil asistir a sus hijos solamente desde su conocimiento intuitivo.
Liberar. De esto se trata. Liberar sus ideas, sus pensamientos acerca de lo que es correcto para el otro. Ir del todo al ahora y preguntar: ¿qué necesitas de mí?
Eso es poder; ese es el poder de sanación que ustedes le dan a algún otro. Y a menudo, lo que es transmitido es lo que el otro está pidiendo: ten paciencia conmigo. Confía en mí, rodéame con tu fe, incluso si me equivoco casi siempre.
La trampa de la cabeza es el origen de muchas preocupaciones.
En realidad, todo es mucho más simple. En cualquier situación difícil, traten y encuentren con sus sentimientos e intuición el nivel de energía en el cual todo llega a ser muy claro y simple. Ustedes no tienen que pensar, solo escuchar.
Ése es el lugar de la energía Crística. Ése es el lugar donde yo los estoy esperando.
1 comentario:
grAcias
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